Don Carmelo y Cayetana en el Camino de Santiago (7)

22. de Agosto de 2012. Después de  las 11 de la mañana dejamos atrás el santuario misterioso de Santa María de Eunate. Rápidamente caminamos por viñas los 4 kilómetros que nos faltan para llegar a Puente la Reina. Y aquí de repente se acabó la soledad arcádica que dominaba el Camino Aragonés. La Calle Mayor de Puente la Reina (en realidad es la única) se presenta a la hora del almuerzo como Mallorca sin playa: una calle de bares y restaurantes llena de turistas (o peregrinos que aquí tienen pinta de turistas).

camino-de-santiago-422„Oh, me parece que acabemos de aterrizar en la autopista de peregrinos“, comenta Cayetana espontáneamente. La Calle Mayor muestra un escenario que podría llevar como título „peregrinos de todos los países unidos“. Mientras que poco antes sólo veíamos una peregrina solitaria delante nuestra por el Camino, la muchedumbre de peregrinos aquí reunidos en esta ciudad del puente nos demuestra de modo impresionante el lema del mapa colocado a la entrada del lugar: „Puente la Reina – Donde el Camino se hace uno“. Aquí nuestro Camino Aragonés (y todos los otros) se unen al gran „Camino Francés“ que empieza en Saint-Jean/ Roncesvalles. Desde siglos, esa variante para empezar es la elegida por la mayoría de los peregrinos, sobre todo por los que vienen de Francia, Países Bajos y Alemania, y también por los españoles. (El Camino Aragonés sólo solían elegir los peregrinos procedentes de Italia y del Sur de Francia, que venían desde Tolosa, como variante para empezar).

Al entrar en la ciudad, a la izquierda ya se presenta el primer monumento sagrado, la Iglesia del Crucifijo – en medio de un campo de alubias. Más tarde, esos frutos del campo asumirán protagonismo. Pero aún no deberíamos pensar en la comida. Somos peregrinos, así que antes que todo buscamos meditaciones (o „momentos místicos“, como lo prefiere llamar Cayetana). Entramos en el templo románico de pequeñas dimensiones. Es una iglesia sencilla y austera, un crucifijo románico procedente de Alemania constituye casi la única decoración. „¿Eso es todo?“, susurra Cayetana, apenas disimulando su decepción. Me atrevo a mencionar que la Capilla de Eunate, casi igual de austera como ésta, le hacía llorar a ella por un sé qué tan sólo hace dos horas. „Sí, puede ser, pero con una vez al día basta!“, replica en un tono enojado, se da la vuelta y sale precipitadamente de la iglesia.

En vano intento ahora a concentrarme para meditar, antes de seguirle a ella, saliendo del templo. Estaba seguro que tenía que buscarla, así que estoy muy sorprendido encontrarla a unos pocos metros del portal, mirando pacíficamente al Cielo. Al seguir su mirada, descubro una cruz blanca y espectacular, formada por las huellas de condensación de dos aviones de caza. Quedamos mirando juntos ese objeto de arte sacro tan fugaz, antes de que se desvanece en la infinidad azul celeste.

En el centro de la calle mayor nos espera la Iglesia de Santiago, bastante más monumental y con una torre esbelta del Siglo XVIII. Ese templo se acerca mucho más al gusto andaluz de Cayetana: en su interior impresionan los grandes retablos barrocos y dorados, bóvedas góticas muy logradas, y también esculturas de santos espectacularmente iluminados. Una gran riqueza de inspiraciones para momentos místicos.

Después de volver a la luz cegadora de mediodía, nos acercamos al monumento más famoso del lugar, el puente que le dió el nombre y sin el que esa ciudad del Camino no existiera. Es sin duda el puente más famoso del Camino de Santiago y desde el Siglo XI sus cinco arcos románicos se arquean encima del Río Arga, que antes había sido un obstáculo considerable para los peregrinos medievales. Vamos entrando por un arco medieval. Esa „puente de la Reina“ no sólo cumple una función fundamental (llevar los peregrinos a la otra orilla), también destaca por su forma perfecta, por la cual se considera uno de los puentes más bellos de Europa, una „Reina de los puentes“. Al llegar al otro lado, de repente notamos que tenemos muchísima hambre y que hay que comer urgentemente. Así que marcha atrás y volvemos a la Calle Mayor de Puente la Reina, donde a pesar de los 40° grados que el termómetro acaba de alcanzar de nuevo, preferimos pedir un puchero de alubias como primer plato en vez de ensalada para nuestro menú de peregrino. Un poco más tarde viena la cocinera, coloca una inmensa olla en la mesa, y nos entrega el cucharón, pronunciando en tono imperioso la siguiente orden encantadora: „Peregrinos! Necesitáis calorías! Podáis tomar cuánto queréis del puchero, da igual si tomáis uno o seis platos, no cobramos más…así que buen provecho…“

El puchero es muy suculento, aparte de las alubias contiene bastante jamón y aceite, ideal para recuperar calorías perdidas. Y además es delicioso, nos hartamos con tres platos cada uno, y la verdad es que casi no podemos comer más cuando nos traen el plato principal (pescado y una botella de Rosado helado). Decidimos de incluir a la cocinera tan generosa en nuestras oraciones cuando lleguemos a Santiago. Finalmente, nos levantamos para seguir el Camino, bastante satisfechos, pero también cansados por tanta comida.

Después de media hora caminando lentamente por sendas más o menos llanos, llegamos a la subida más cruel que el Camino nos ha presentado hasta ahora. Y las condiciones para conquistarla no son exactamente ideales: son las 4 de la tarde, la hora más calurosa, cuando reina una calor de 40° grados, y un puchero de alubias y media botella de Rosado no tienen un efecto acelerador, sino más bien el contrario. Cayetana se deja caer en la hierba. „Ya te digo: allí no voy a subir, no ahora y tampoco en media hora! Aquí me siento y ya no me muevo más.“ Parece que esta vez lo dice en serio. Medio enojado y medio divertido llego a comentar su negación: „Es que así es el Camino. ¿Qué esperas ahora? ¿Acaso que yo vaya a aplanar esta colina para ti, mi reina?“ „Bueno, no estaría mal pa empezar“, responde mi princesa de Cádiz, mostrando su sonrisa burlona. Me rindo, dejándome caer a su lado para reflejar la situación. En silencio contemplamos juntitos la maldita colina, como si nuestras miradas pudieran hacerla desaparecer. No sé cuánto tiempo ha pasado, pero al final nos levantamos casi simultáneamente para empezar la subida terrible.

Detrás de la colina se asoma ya la torre de la parroquia de Mañeru. Queríamos llegar hoy hasta Lorca, sin embargo, basta con un abrazo silencioso y una mirada mutua de ojos quemados por el sudor de la subida para llegar a un mudo acuerdo de quedarnos aquí mismo. Una buena decisión, porque el albergue de Mañeru es un oasis de relajamiento. Pasamos la tarde a la sombra de la terraza. Y de noche Cayetana sueña con tener una espada divina de luz en sus manos y parte el monte que tiene por delante como Moisés el Mar Rojo, para atravesarlo por un camino llano.

23 de Agosto de 2012. Hoy conseguimos salir bastante temprano hacia las 6 de la mañana, poco antes de la salida del sol. Dejando Mañeru atrás, el destino para hoy es prometedor: Estella la Bella. Caminamos por bonitas sendas y alamedas de cipreses y a las 8 de la mañana llegamos al pueblo romántico Cirauqui, donde una vieja cruz de peregrinos y la imponente parroquia con su portal espectacular (lamentablemente cerrado!) llaman nuestra atención.

Saliendo de Cirauqui, de repente encontramos por delante el mundo entero. Un inmenso mapa geográfico como obra de arte creada por manos desconocidas utilizando miles de piedras, Cayetana lo llama „El mundo en un campo“. Algo inacabado, ya que ella ha descubierto acertadamente que en ese mapa faltan los dos imperios del futuro, China e India. En general, parece que muchos de los peregrinos estén reflejando acerca del destino del mundo durante su Camino a Santiago. En muchos lugares podemos descubrir mensajes pintadas en árboles o paredes y grafiti filosóficos: preguntas y lemas de cualquier tipo. Al cruzar un puente vemos dos folletos que invitan a cambiar de opinión y a cambiar la vida. En la portada de la primera se encuentra un hombre oscuro delante del globo terrestre iluminado, y el título es una pregunta: „¿Podrá sobrevivir este Mundo?“.

Al lado (¿como respuesta?) otra portada muestra una especie de paraíso terrestre con campesinos que sonríen y el título „Pronto acabará el sufrimiento“. „Sí, a partir de ahora no más subidas, por favor“, comenta Cayetana al pasar. Cuando llegamos a Lorca, casi caimos en la tentación de quedarnos, porque el Albergue de peregrinos nos parece muy acogedor: con un gran azulejo de Santiago como Peregrino y un barril de vino encima del portal.

Pero hay que seguir a Estella (la Bella), donde llegamos a la hora del almuerzo. Un poco más tarde se acabó nuestra euforia por una tarde. Primeramente encontramos el templo más importante de Estella, San Pedro de la Rúa, cerrado (por obras de restauración). En vano esperamos unos momentos como si se pudieran abrir las puertas movidas por fuerzas mágicas. Luego estamos esperando en un restaurante que nos traigan el almuerzo. No sólo debemos esperar mucho tiempo, cuando finalmente llega la ensalada mixta, es lo peor que nos han servido durante todo el Camino. Una „creación“ de grandes hojas de lechuga, con un par de trozitos de tomates solitarios y coronada por medio huevo duro. „¿Hay aquí algo como salsa?“, me pregunta Cayetana, buscándola en el monte de lechuga dura. No, el único líquido que vemos es agua que gotea de las hojas. Con su comentario aplastante „ensalada sin salsa es comida para caracoles“, Cayetana se levanta y huye del restaurante malísimo.

Durante el camino a la próxima Iglesia tengo que soportar sus reproches, por haber pagado la ensalada a pesar de no comerla. Una mirada rápida me revela que mi compañera ahora muestar su temida expresión del rostro „guerra declarada a todo el mundo“.

De repente, se dirije a mi con una sonrisa maliciosa diciendo que el futuro de la Iglesia habrá que verlo negro. Para eso hay que saber nuestra costumbre de rogar en los templos más importantes de nuestro Camino por el cumplimiento de un deseo específico y yo había propuesto de rogar en el templo de Estella, consagrado a San Pedro (como primer Papa), por el futuro de la Iglesia. El hecho de que San Pedro estaba completamente cerrado, hacía imposible una oración en ese lugar – y mi pequeña rebelde, en su humor apocalíptico, lo interpreta como mal presagio para toda la Iglesia.

Tampoco San Miguel, el segundo templo de Estella, lo pone fácil a los peregrinos. Hay que subir una inmensa escalera al cielo y al llegar nos damos cuenta de que sus puertas están igualmente cerradas. Muy lentamente, bajamos por la escalera, bastante desanimados. Naturalmente notamos el hambre y el cansancio, nos duelen los pies y las mochilas parecen pesar ahora diez kilos más. Sin piedad, el sol de la Siesta convierte las calles en un desierto de luz.

Cayetana tiene una depresión momentánea, ni siquiera un helado de chocolate puede calmarla. Rabiosa, juega al fútbol con una lata de Coca- Cola, y mirando las paredes se enfrasca en un estado de ánimo Anti-Estella: „Aquí la gente es tan grosera! ¿Acaso es culpa nuestra que no hablamos vasco?“ (Me enseña uno de los muchos grafiti que muestran la bandera española tachada.) „¿Y por qué nos quedamos aquí, si todas las iglesias están cerradas?“

„BUEN CAMINO!“ – Nos asustamos, cuando muy inesperadamente un nativo de edad mediana nos saluda con su grito lleno de entusiasmo en una calleja estrecha. „Bueno, ése si ha salvado la honra de Estella“, me atrevo a proponer. Cayetana encoge los hombros y todavía no parece convencida.

Finalmente, en la noche sí la honra de Estella es rehabilitada. Primeramente, la Iglesia de San Miguel abre sus puertas y hay una misa de peregrinos llena de emoción (y nosotros rogamos en el templo del Arcángel por el futuro de la Iglesia y por un Papa mejor – esa última plegaria aparentemente fue atendida con una rapidez sorprendente!).

Después también tenemos suerte gastronómica al descubrir por casualidad uno de los restaurantes más auténticos de la ciudad: Katxetas. Disfrutando de la tarta de queso, Cayetana llega a reconciliarse con Estella. De noche tengo un sueño profético: caminamos junto a una muchedumbre por un puente inmenso, en el que están todas las banderas de Europa – la española y la vasca bien juntitas.

Desde lejos vemos al otro lado del puente una escalera altísima e iluminada por una luz celestial, y encima las torres de la Catedral de Santiago. Entre las torres brilla un círculo de doce estrellas en el cielo de color azul noche. Europa sigue cruzando el puente, construido por Santo Domingo en el Siglo XI, en su Camino a la Catedral en el campo de estrellas.

Fotos: Berthold Volberg

Recomendaciones y enlaces:

www.puentelareina-gares.es
www.turismonavarra.es
http://de.wikipedia.org/wiki/Estella-Lizarra

Etapa de Eunate / Puente la Reina a Mañeru:  12 Kilómetros, Etapa de Mañeru a Estella: 18 Kilómetros

Alojamiento en Puente de Reina:
Albergue de peregrinos privado „Santiago Apóstol“, al otro lado del puente unos 500 metros fuera de la ciudad, Tel. 948-340220: grande y completo: lavadora y secadora, Internet, piscina y Camping, Bar y Restaurante. Cama: 8 Euros.

Gastronomía en Puente la Reina:
En la Calle Mayor hay muchos restaurantes que ofrecen menús de peregrinos para 10-12 Euros como almuerzo o cena.

Alojamiento en Mañeru:
Albergue de peregrinos privado „Lurgorri“, C. Esperanza 5, Tel. 619-265679: muy recomendable, pequeño y acogedor, lavabos modernos, una terraza bonita, es como un oasis con un hospitalero muy amable.  10 Euros para cama con desayuno incluído

Alojamiento en Estella:
Albergue de peregrinos ANFAS, C. Cordeleros 7, entrando en la ciudad a la derecha, Tel. 948-554551, albergue organizado por ANFAS (Asociación para el apoyo de minusválidos mentales, integrados aquí en trabajos de administración del albergue), Cocina y lavadora, Internet. Cama: 7 Euros

Gastronomía en Estrella:
De ninguna manera: „Aljama“ – nada recomendable, servicio caótico y mal coordinado, precios altos y aquí nos sirvieron la peor comida de todo el Camino.

Muy recomendable: „Katxetas“, Calle Estudio de Gramática N° 2, Tel. 948-550010: típicos platos de la cocina vasca, especialmente recomendable el „Bacalao Ajoarriero“; y la tarta de queso, buen tinto casero, especialidad: carne (sobre todo cordero) y pescado a la parilla. www.restaurantekatxetas.es

Iglesias:
Iglesia del Crucifijo, Puente la Reina:  entrando en la ciudad a la izquierda, Abierta: cada día 9.00 – 20.00 horas
Iglesia de Santiago, Puente la Reina:  en la Calle Mayor en el centro, Abierta: lunes a sábado 10.00 – 13.30 y 17.00 – 20.00 horas, domingo 8.45 – 14.00 horas)
Iglesia de Mañeru: ese templo monumental sólo abre a la hora de la misa, 18.00 – 20.00 horas
Iglesia San Pedro de la Rúa, Estella: actualmente cerrada por obras de restauración, horario normal: sólo visita guiada a las 12.00 y 16.00 horas, precio: 3 Euros, no es posible la visita individual
Iglesia de San Miguel, Estella: Abierta poco antes y después de la misa, 18.00 – 20.30 horas