Don Carmelo y Cayetana en el Camino de Santiago (16)

13 de Junio de 2013 a las 5.55 horas. Una salida del sol espectacular nos alumbra la partida de Boadilla del Camino. „Hoy todo saldrá bien“, intento animar a mi acompañante Cayetana, dándole un empujón cariñoso, ya que parece andar como una sonámbula, media dormida como siempre a esa hora temprana. Al andar, está tomando su café para llevar y de nuevo se queja de que Nutella no forme parte de la oferta común de albergues de peregrinos. Como no dispone de su droga matutina habitual, busca en las profundidades de su mochila un par de almendras azucaradas.

Caminamos en silencio por la estepa iluminada por la salida del sol. Parece como si el sueño nocturno de Cayetana ya mostrara sus efectos, porque algo será muy distinto al día de ayer: todas las iglesias a lo largo del Camino de hoy estarán abiertas. Pero de momento avanzamos caminando por la soledad de la naturaleza que se despierta con canto de pájaros. Nuestro camino nos lleva un par de kilómetros por la ribera del Canal de Castilla, decorada por miles de flores de colores morado y amarillo. Este canal fue construido a principios del Siglo XIX para transportar el trigo de la Tierra de Campos.

Actualmente, sobre todo durante los fines de semana, muchos remeros lo utilizan para entrenarse. Poco antes de entrar en el primer pueblo, al cruzar un pequeño puente, podemos contemplar una de sus esclusas.

Después de una hora y media llegamos a Frómista y pronto nos encontramos ante una maravilla anunciada. El templo de San Martín es considerado como la creación más perfecta del estilo románico en España. Lamentablemente, a esa hora tan temprana todavía está cerrado. Así que tenemos mucho tiempo para contemplar la famosa „galería de monstruos“ en las cornisas encima de portales y vidrieras. Son más de 300 de esculturas en miniatura que miran desde arriba al recién llegado peregrino. Una magnífica mezcolanza de los horrores del infierno. Tal vez haya servido para defender esos muros sacros de todos los males. Pero también para sembrar el miedo suficiente que haya motivado a los pecadores creyentes a rezar y a liberar sus almas oscuras de las tinieblas mediante donaciones generosas dedicadas a la Madre Iglesia. Algunos de esos monstruos diminutos se presentan como una rara mezcla entre leones, lobos y dragos y parecen precipitarse para asaltar en el próximo momento a los peregrinos que están a punto de entrar. Despierta ya del todo y cautivada por el extraño encanto del horror pétreo, Cayetana queda tomando fotos durante mucho tiempo, intentando a buscar „el más bicho“ de todos los monstruos.

Como las puertas de San Martín se encuentran todavía cerradas, vamos a la Iglesia de San Pedro. En la plazita delante del templo renacentista se eleva una estatua de bronce de San Telmo. Parece mentira que el patrón de los marineros haya nacido aquí mismo, en medio de la estepa castellana, cientos de kilómetros lejos de la mar. Nos sentamos a sus pies y desayunamos galletas de almendra.  A las 10 se abre la puerta principal de San Pedro, enmarcado por columnas y relieves platerescos. En el interior nos impresiona una Piedad sobrecogedora y detrás hay un retablo mayor con pinturas renacentistas. Una iglesia muy bella que sólo tiene la mala suerte de quedar eternamente a la sombra del templo famosísimo de San Martín.

Por fin podemos entrar en la Iglesia de San Martín, una visión perfecta edificado con piedras de cantería de color casi dorado. A la primera vista tiene muy poca decoración („está vacía“, susurra Cayetana), pero las bóvedas que reflejan la luz que entra por las vidrieras y las más de 50 capiteles genialmente esculpidos, los que descubrimos poco a poco en la altura, son la decoración adecuada en este templo románico por antonomasia. Aunque intento a distraerla, a desviar su atención mostrándole otros capiteles bonitos e inocentes con decoración floral o con los monstruos de siempre, al final Cayetana descubre el capitel más escandaloso de todos allí arriba, a la derecha del coro. Por momentos queda mirando como hipnotizada y casi olvida a tomar una foto de la expulsión de Adán y Eva del paraíso. Rompe el silencio eclesiástico, empujándome y diciendo: „Mira allí, eso es como…Porno!“ „Cállate“, advierto. Pero ella me mira con una sonrisa poco santa y comenta: „Bastantes pecados habrán cometido esos tíos para poder hacer escenas con tantos detalles, digo yo .“ Desde entonces, Cayetana sólo se refiere  al „Capitel de Kamasutra“ de Frómista y tanto le gusta que tengo que empujarla ya hacia fuera, volviendo a la luz del día.

La etapa del Camino detrás de Frómista se caracteriza por su aburrida monotonía. Una docena de kilómetros por la meseta sin sombra que se extiende hasta el horizonte. Cayetana se desanima pronto, me pide „un banco pa sentarse con arbolillo que dé sombra“. Como si fuera un mago y pudiera traerlo todo. Como tantos otros deseos suyos que expresa a lo largo del día, quedará incumplido. Durante doce kilómetros que nos parecen una eternidad, caminamos por la ribera del Río Ucieza. (Sólo en España se puede llegar a llamar „Río“ a tal arroyuelo). Por lo menos ha creado un  microclima con rica vegetación que atrae numerosas mariposas.

Por fin – ya pensábamos no llegar en esta vida a ningún lugar – aparece en el horizonte la silueta de la iglesia monumental de los templarios de Villalcázar de Sirga. Agotados nos acercamos al centro del pueblo y contemplamos el portal gigantesco de estilo gótico. Y ese templo quieren cerrar ahora en nuestra presencia – Siesta! Sin embargo, el abuelo que tiene la gran llave en sus manos, se deja convencer de esperar un momento y nos deja echar un vistazo al interior. Como no descubre ningún retablo dorado dentro, Cayetana declara la iglesia „vacía“ y le dice al viejo que ya ha visto todo y que ahora ya puede cerrarla e ir a almorzar.

La verdad es que también estamos hartos de caminar para hoy. Pero al buscar el Albergue de peregrinos, en la puerta del Ayuntamiento cuelga un letrero: „cerrado por renovación.“ Así que hay que seguir, aunque nuestra motivación de avanzar al sol inclemente de mediodía y seguir sufriendo por el fuerte viento es nula, al ritmo de caracoles nos movimos dirección oeste. De repente, pocos metros antes de salir del pueblo, descubrimos un letrero de bronce: „Mesón de los Templarios“. Nos miramos y afirmamos con la cabeza. Tres segundos más tarde ya estamos sentados dentro en una mesa, amparados de sol y viento. Luego Cayetana quiere probar mi sopa castellana. „Grasa total!“, es su juicio duro. Bueno, la sopa lleva mucho tocino y jamón y se me ha olvidado que Cayetana es vegetariana desde principios de este año (ella también lo olvida de vez en cuando, me parece). De todas maneras, sentada delante de su plato de ensalada con queso de oveja, me da la impresión de mirar con envidia a mi codillo de cordero. Con respecto al buen vino tinto no se muestra nada ascética.

Después del almuerzo barroco, nos espera un trayecto final desolador: 6 kilómetros al lado de la carretera lleno de camiones por una estepa vacía, aunque verde. „Aquí la fantasía de Dios ha dormido la Siesta y luego surgió el paisaje más aburrido“, comenta Cayetana el panorama. Con el estómago (demasiado) lleno y la cabeza achispada por el Ribera del Duero, avanzamos lentamente a nuestro destino que no quiere venir a nuestro encuentro desde el horizonte.

Finalmente, agotados y bañados en sudor, llamamos a las puertas del Albergue conventual del Espíritu Santo en Carrión de los Condes. Las monjas nos reciben muy cordialmente y nos llevan a una salita con camas auténticas. Al preguntarla si aquí no hay salas separadas para hombres y mujeres, la monjita responde con baja voz y timidez encantadora „no“.

Después de dar una vuelta por la pequeña ciudad con mucho ambiente del Camino escuchamos el toque de campanas y vamos a la misa de peregrinos que tiene lugar a las 8 en la parroquia  Santa Maria del Camino. (Me sorprende mi compañera, la que va conmigo a la misa, sin que tenga que convencerla). El gran templo se sigue llenando de gente, hasta que casi no quepa ninguno más por la puerta principal – y eso que estamos en un jueves normal y corriente! Más tarde comprendemos por qué. Esta misa no la celebrará – como tantas veces en España – un sacerdote nada inspirado ante tres abuelas las que añoran a la época del Dictador Franco, sino un cura joven y lleno de pasión, el que incluye a los peregrinos y pronuncia un sermón digno de ser enmarcado y colgado en el portal del templo. Además, el canto angelical y la música de las monjas de nuestro convento acompaña la celebración y muchos peregrinos tienen los ojos mojados. Cuando el sacerdote pregunta de dónde vienen los peregrinos, Cayetana responde con orgullo y voz rebelde no España, sino: „Andalucía“. El cura sonríe (más tarde Cayetana dirá que le ha parecido „incluso guapo“) y consta que hoy el grupo más grande viene de Alemania.

Al final de la misa la multitud de peregrinos se reúne delante de la „Virgen del Camino“ y las monjas distribuyen estrellas diminutas de papel entre los peregrinos, para que les traigan suerte y alumbren simbólicamente su Camino hasta llegar a Santiago. Un símbolo tan sencillo como maravilloso. Bienaventurados salimos del templo cuyas puertas estaban abiertas durante toda la misa, para dejar entrar también „creyentes espontáneos“. „Así me gusta la Iglesia – con las puertas muy abiertas, pa que entre la luz del sol!“ comenta Cayetana.

La mañana siguiente Cayetana me cuenta su sueño nocturno: ha tenido la visión de una plaza muy amplia donde ella camina de noche con su mochilita morada, repartiendo un sinfin de estrellas relucientes entre una inmensa muchedumbre.

Texto + Fotos: Berthold Volberg

Recomendaciones y enlaces: Etapa de Boadilla del Camino vía Frómista a Carrión de los Condes: 26,5 Kilómetros

www.fromista.com

http://carriondeloscondes.es/index.php/turismo/lugares-de-interes/iglesias/

www.redalberguessantiago.com

www.turismocastillayleon.com

Alojamiento en Frómista: Albergue de peregrinos privado „Estrella del Camino“, Calle Francesa N° 26, Tel. 979-810053: lavadora y secadora, cocina (horario limitado!), Internet, jardín. Cama 7 Euros.

Alojamiento en Villalcázar de Sirga: Albergue de peregrinos municipal en el Ayuntamiento enfrente de la Iglesia, sencilla, pero acogida amable, sin calefacción (!), agua caliente sólo después de echar una moneda. Donativo voluntario. (estuvo cerrado en Junio de 2013 por renovación).

Alojamiento en Carrión de los Condes: Albergue de peregrinos „Espíritu Santo“, Orden de las Hijas de la Caridad de San Vicente, Calle San Juan (Bar España a la izquierda), Tel. 979-880052; gran albergue del Convento con camas  „auténticas“, cocina, duchas y servicios nuevos, patio para jugar baloncesto; las monjas muy amables, ofrecen „meditación en grupo“ y celebran con música y canto la misa de peregrinos en la Iglesia Santa María del Camino. Cama 5 Euros.

Gastronomía en Villalcázar de Sirga: Restaurante „Mesón de los Templarios“, al lado del Camino, no resulta económico, pero se trata de uno de los mejores Restaurants de toda la región, famoso para sus especialidades castellanas como codillo de cordero o cochinillo, muy recomendable el vino tinto „Laveguilla“ (Ribera del Duero), Calle Plaza Mayor, Tel. 979-888022. www.mesondevillasirga.com

Gastronomía en Carrión de los Condes:  Restaurante „La Corte“, Calle Santa María 36, Tel. 979-880138: especialidades castellanas

Iglesias:

San Pedro (Frómista): Templo renacentista monumental con bóvedas góticas y portal plateresco enmarcado por columnas (Siglo XVI). En el interior un retablo mayor renacentista con pinturas, y una Piedad  sobrecogedora. A la sombra de la más famosa Iglesia de San Martín, ese templo merece más atención (horario 10 – 13.30 horas y 16.30 – 19.30 horas).

Iglesia de San Martín (Frómista): con razón llamada „la más perfecta Iglesia Románica del Camino de Santiago“ (Siglo XI): de tres naves, con dos pequeñas torres redondas y  cúpula octogonal. En el interior algo austero dominan los famosos capiteles (más de 50) que muestran monstruos y plantas, pero también la desnudez voluptuosa de Adán y Eva (horario: 10 – 14 horas y 16.30 – 20.00 horas, en invierno sólo hasta 18.00 horas) Entrada 2 Euros.

Iglesia de la Virgen Blanca (Villalcázar de Sirga): monumental templo gótico (Siglo XIII), con un portal gigantesco y lleno de esculturas (en el centro la  „Virgen blanca“), en el interior gótico hay sarcófagos pétreos de templarios.

Iglesia de Santiago (Carrión de los Condes): románica, Siglo XII, pero sólo el portal espectacular es auténtico, por una explosión fue destruido el resto del templo, hoy consiste de una sala moderna que alberga un museo.

Iglesia de Santa María del Camino (Carrión de los Condes): Románica (Siglo XII), portal lateral con dos cabezas de toros, delante del portal principal una bella columna de la Inmaculada, dentro hay un retablo mayor barroco y la bella estatua gótica de la „Virgen del Camino“. Misa de peregrinos a las 20.00 horas.